viernes, 9 de noviembre de 2012

One love. Capítulo veintiuno.



                             Narra Justin.

Se que hay algo que le preocupa a _____( tu nombre), es más, estoy segurísimo. Ella no me lo quiere contar, y me da miedo. Me da miedo de que sea algo grave y yo no la esté ayudando. No sé. Hoy es domingo, he quedado con ella. Ahora mismo estamos los dos sentados en el césped, ella entre mis piernas y su espalda contra mi pecho, mientras yo la rodeo con los brazos por la cintura.
- Cielo...- digo interrumpiendola. 

- ¿Hm? -dice confundida.

- Me vas a llamar pesado pero...

- Justin, no me pasa nada. -dice separando su espalda de mi pecho y dándose media vuelta para mirarme. Yo abro los ojos, sorprendido. 

- ¿Cómo sabes lo que...- me vuelve a interrumpir.

- Porque lo sé. Y en serio, déjalo. - dice dándome un pico y volviendo a su posición inicial. Y así pasa la tarde. 



                             Narras tú. 

Y aqui se acaba el fin de semana. Hoy es lunes, y a primera hora tengo con Gustavo, si, tenía literatura y estaba cagada por si me decía algo. 

- ¡_____(tu nombre)! ¡Baja ya, que os llevo hoy al colegio! - oigo a mi padre gritar desde el salón.

- ¡Ya voooooooooooooy! - cojo la mochila, me peino una vez más y bajo las escaleras rápidamente. - Ya estoy, cuándo quieras. 

- Pues venga, id saliendo que voy a coger mis cosas y salgo. 

Mi hermano y yo salimos de casa y nos apoyamos en el coche, esperando a mi padre. 

- Estoy muerta de frío. - digo haciendo chocar mis dientes entre ellos.

- Dile a tu novio que te de calor. - dice mi hermano, haciendo que yo le mirase sorprendida y con los ojos como platos.

- ¿Pero qué...- iba a seguir, cuando la voz de mi padre sonó.

- Venga, vamos. - Nos metimos todos en el coche. Puse la radio y la calefacción a la vez. Al cabo de unos 10 minutos, ya me encontraba frente a la puerta del instituto. 

- Gracias por el viaje. ¿Luego vienes a por mi?- digo abriendo la puerta del coche.

- No creo que pueda, tengo reunión.

- Que raro. Adiós. - cierro la puerta y veo como mi padre y mi hermano se alejan en el coche. Suspiro y voy dirección a la puerta. Sigo caminando hasta que noto unas manos en mis ojos. Con mis manos las toco. - ¡Justin! - oigo su risa y quita las manos, yo me doy la vuelta, le sonrío, y me lanzo a sus labios.

- Buenos días, mi amor. -dice sobre mis labios.

- Hola, tonto. - digo sonriendo. Nos separamos, nos damos la mano y andamos juntos hasta la entrada, en donde están los demás

- ¿Qué tienes ahora? 

- Literatura, ¿tú? 

- Gimnasia. En el patio. 

- Dios, te vas a congelar. -digo riendo. 

- Gracias por recordarmelo, yo también te quiero. - dice riendo él también. Justo cuando llegamos con los chicos, suena el timbre. - Bueno, me voy al vestuario, luego nos vemos ¿vale?

- Vale, no pases mucho frío. - digo vacilando. Le doy un pico y me voy. Oigo como él dice "ya me calentarás tú" haciendo que me diera la vuelta y lo asesinase con la mirada.

Llego a clase y ya están casi todos los alumnos fuera.  Gustavo ya está preparando sus cosas, cuando me mira y me sonríe. Yo me limito a levantar la cabeza e irme a mi sitio.

Pasa el tiempo, la clase transcurre normal. Como siempre. Empiezo a dibujar garabatos en mi libro, algunos corazones, el nombre de Justin unas cuantas veces en la página de ejercicios...lo típico. Es más, ya es algo que me sale sólo. Aun que no quiera, escribo su nombre.

- Señorita, ¿se está entreteniendo mucho? - oigo una voz a mi lado. Levanto la cabeza y veo a Gustavo a mi lado. Rapidamente paso de página.

- Eh...no. Osea si. Quiero decir, estaba escuchándole. - digo mirando al libro.

- Ya, seguro. Fuera de clase.

- Pero...

- ¡Fuera de clase, he dicho! - dice elevando la voz. Me levanto y salgo cabizbaja por la puerta.

Y aquí estoy, en el pasillo. Me siento en un banco que hay justo al lado de la puerta de mi clase, esperando a que llegue la hora. Al cabo de un rato, veo como una puerta de otra clase se abre, y de ella sale Claudia. Me mira y se ríe. Se acerca a mi.

- ¿Qué haces aquí? - dice sentándose a mi lado.

- Me han echado. - digo mirandola. Ella se ríe.

- ¿En serio? - yo asiento con la cabeza. - ¿por qué? ¿quién?

- Por estar distraida, ya ves tú. El de literatura...-digo desviando mi mirada al suelo.

- ¿El del otro día?

- Si. 

- Pues tía, menudo bipolar. 

- Ya, bueno ¿y tú qué haces fuera?

- Me apetecía ir al baño.

- Pues ve. - digo riendo.

- No, sólo quería darme un paseo, y ya me lo he dado. - dice ella riendo más. Suena el timbre, indicando el final de la clase. Ella se levanta y se aleja caminando a su clase.- nos vemos en el recreo. ¡Te quiero!

- Vale, y yo. -me levanto y llamo a la puerta, veo como los demás están recogiendo y Gustavo me hace una seña para que entre. Entro en clase y voy directa a mi mesa, recogiendo las cosas. 

- Señorita, antes de irse, quiero hablar con usted. - dice desde su mesa. Yo asiento y sigo recogiendo. Una vez que termino, me doy cuenta de que sólo estamos él y yo en la clase. Un escalofrío recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Me acerco a su mesa.

- Ya está.

- Bueno, quería decirle unas cosas. Primero, espero que entienda el motivo por el que le he echado de clase. - Yo asiento con la cabeza.- No puedo permitir que esté dibujando tonterías, y menos si se tratan de tonterías sobre un inmaduro como lo es su querido novio.

- ¿Perdone? Osea, quiero decir... Usted puede regañarme por mi comportamiento o mi distracción, pero no meta a Justin en todo esto, y menos llamándole 'inmaduro', cuando dudo que sepa algo sobre él. - digo en un tono más elevado y alejándome.

- ¿Esas son formas, señorita? ¿ves? Cuando no estaba con ese chico, usted no era así. Era normal, es más, era una alumna ejemplar. ¿Y ahora? Ahora es la copia de él. Deme la agenda, quiero una entrevista con sus padres.

- Pero...pero...

- Nada de peros, la agenda. Ya. - saco la agenda de la mochila y se la tiro a la mesa, desganada. - esas no son maneras.

- Bueno, ya tiene la maldita agenda ¿no? Que más le da cómo se la de. - digo mirando hacia otro lado, cansada ya de la situación.

- Soy tu profesor, merezco un respeto. 

- ¡Y Justin es una persona, también lo merece! - él no dice nada. Me devuelve la agenda.

- Aqui tiene. Hasta mañana. - Dice cogiendo sus cosas y saliendo de clase, haciendo que me quedase yo sola. 

- ¡Joder! - digo gritando, enfadada. Salgo de clase, y nada más salir, me choco con él, con Justin.

- ¿Puedes mirar por dónde coño...- se da cuenta de que soy yo. - Vaya, hola princesa. - dice sonriendo.

- Tengo que ir a clase. - digo apartándome. Él me agarra del brazo.

- Hey, ¿Estás bien? 

- No, estoy super enfadada. - digo cruzando los brazos en mi pecho, a la vez que inflo los mofletes. Él se ríe.

- ¿Qué te pasa?

- El profesor de literatura, primero me echa de clase y luego me pide una reunión con mis padres. ¿De qué va? 

- Vaya, te estás volviendo una rebelde ¡eh! - dice abrazándome por la cintura.

- Justin, no estoy de humor. Le va a contar a mi madre todo, sobre ti, sobre mi, sobre nosotros. Le va a llenar la cabeza de mierdas.

- Cielo, no te preocupes. Todo va a salir bien ¿vale? - dice juntando nuestros labios. -me tengo que ir a clase, luego nos vemos. Te quiero.

- Y yo a ti, gracias. - digo dándole un beso y yéndome a la clase de matemáticas.
 


Pasa el día, como siempre, Justin me acompaña a casa. Abro la puerta y veo que mi madre está preguntándole la lección a mi hermano, que tiene clase por la tarde y parece ser, que también tiene exámen.

- Hola, ya estoy aquí.

- Hola, cielo. - dice mi madre sonriendo. - Tienes la comida en la mesa, ahora voy y hablamos, que estoy preguntando geografía a tu hermano.

- Vale, no te preocupes. - digo tirando la mochila en la escalera. Me siento en la mesa y empiezo a comer. Al cabo de un rato, no mucho, viene mi madre.

- Bueno, ¿qué tal el día? - dice con voz maternal. Yo suspiro y giro mis ojos.

- Mal. Ah, toma. -digo dándole la agenda. Ella me mira extrañada.

- ¿Qué es esto? - dice confundida, leyéndo la nota.

- Pues eso, que el de literatura quiere hablar contigo.

- "...ya que su hija está demasiado dispersa ultimamente, gracias."- dice en voz alta la última frase de la nota. - ¿Me puedes explicar esto? 

- Mamá, me tiene manía.

- Ya, seguro. -dice levantándose de la mesa.- ¿Es esta tarde? 

- Si.

- Voy a llevar a tu hermano al colegio, y luego voy a tu instituto a hablar con él. Hasta luego.

- Adiós...

Oigo un "vamos Dani" y después el ruido de la puerta. Estoy sola en casa. Termino de comer y dejo los platos en el lavavajillas. Subo a mi habitación y empiezo a hacer de todo. No paro quieta. Estoy muy nerviosa por lo que el idiota este le puede decir a mi madre.

Al cabo de una hora aproximadamente, oigo el ruido otra vez de la puerta, pero en este caso, indicando que entra alguien. Salgo de mi habitación y bajo rápidamente las escaleras. i madre está justo en frente. Mirándome, bastante seria. Algo va mal.

- Bueno...y...¿qué tal?- digo sonriendo timidamente.

- No quiero que vuelvas a ver más a ese tal Justin. ¿Entendido? - dice ella, haciendo que todo mi mundo, se venga abajo.

domingo, 28 de octubre de 2012

One love. Capítulo veinte.


                             Narras tú.   

Ya han pasado unos cuantos días, desde entonces no hemos tenido ningún problema ni nada, todo lo contrario. Sean me "regañó" por volver con Justin, pero sinceramente, me da igual. Yo le quiero y estoy feliz con él, así que no voy a hacer caso al chico este. Hoy es viernes, y teníamos pensado pasar la tarde en las canchas, como siempre. 

Ahora mismo me encontraba en clase de literatura, cuando de repente, alguien llama a la puerta.

- Adelante. - dice ocn voz grave el profesor. Abren la puerta, y veo su cabeza asomarse. ¿Está loco? Yo sonrío.

- Hola, necesito que salga la alumna _____(tu nombre y apellidos) un momento, es urgente. - Justin tenía la cara seria, yo me preocupo y dejo de sonreir, miro al profesor como rogándole que me dejara. Él mira el reloj, apenas quedan 15 minutos para que acabe la clase.

- Está bien, pero sólo porque les he dejado tiempo libre. - Yo me levanto de la silla y voy a la puerta.

- Muchas gracias, señor Gustavo. - Salgo y Justin lo hace detrás de mi, cerrando la puerta, me doy la vuelta y antes de que puede decir nada, Justin me acorrala en la pared.- Te he salvado de clase.

- ¡Justin! ¿Eres idiota? No sabes el susto que me has dado. - digo riendome y dándole un golpe flojo en el pecho. Él se acerca más aún y me atrapa los labios rápidamente. 

- Te echaba de menos. 

- Pero si nos acabamos de ver en el recreo. - digo riendo en sus labios.

- Pero ya han pasado casi 3 horas desde el recreo, no aguantaba más.

- Esta es la última clase de la semana, sólo tenías que esperar 15 minutos. - digo siguiéndole el beso.

- Te parecerá poco.

- Me parece una eternidad. - él sonríe sobre mis labios. Y seguimos besándonos, hasta que suena el timbre, todas las puertas se abren de golpe, entro en mi clase a por mi mochila, y Justin se va a la suya a hacer lo mismo. Ya no había nadie en clase, sólo mi profesor.

- Y bueno, ¿qué era eso tan importante que tenía que decirle el señorito Bieber? - dice con una sonrisa burlona en los labios.

- ¿Eh? - digo levantando la cabeza para mirarle. - Nada, cosas privadas. - Él se acerca a mi. Tendrá unos 30 o 40 años aproximandamente.

- La próxima vez, no se eche pintalabios. - dice pasando su dedo por mi labio inferior, haciendo que yo me aparte, asustada.- Tranquila, mujer, que sólo la estoy facilitando el trabajo. - se ríe y se acerca más, yo me aparto. Miro a la puerta y justo entra en la clase Justin, colocándose la mochila. Una vez dentro, levanta la cabeza me ve y sonríe. El profesor ya se había alejado. - Hasta la semana que viene chicos.- dice saludando y saliendo de clase, yo sigo con los ojos abiertos.

- Bueno, ¿nos vamos o qué? - Yo sigo mirando a mi mochila, alucinando.- Eh, ¿estás bien?- reacciono y le miro. Sonrío.

- Claro, venga vamos. - le doy la mano y salimos de ahí. Salimos y los chicos ya se habían ido, así que nos vamos los dos juntos.

- Oye, ¿seguro que estás bien? ¿Ha pasado algo? 

- No, que va. ¿Qué va a pasar? -digo sonriéndole, de la manera más real que puedo.

- No sé, te noto rara.

- Pues no me pasa nada, en serio. - le doy un beso en la mejilla.

- ¿Confías en mi? - dice pasando su brazo por mis hombros y devolviendome el beso.

- Claro que si, bobo. - Y andamos abrazados hasta llegar a mi casa, como siempre. - Bueno, luego nos vemos ¿vale?

- Eso espero, te quiero. - me da un beso en los labios y se va. Entro en mi casa y veo a mi madre en la cocina.

- Hola, mamá.

- Hola cielo ¿qué tal el día? - dice dándome un beso.

- Pues bien, como siempre. Oye mamá, no tengo hambre, luego si eso me hago un sandwich. 

- Bueno, vale. Pero te lo haces ¡eh! 

- Que si. Me voy arriba. - cojo mi mochila, que la había dejado en el suelo y subo a mi habitación. Cojo el ordenador y abro el facebook, una petición de amistad.
"Gustavo Smith quiere ser su amigo" , mi profesor. Joder, estoy asustada. Se que alomejor es una tontería y que posiblemente sólo quiera caer bien, pero a mi me da miedo. La dejo ahí, sin contestar. Me tumbo en la cama y sin quererlo, me duermo. 

- Eh, tss, ____(tu nombre), cielo. Despierta. Venga, que ya son las 6. Está Justin abajo esperándote. - al oir su nombre abro los ojos. A mi lado está mi madre.

- Voy, dile que ahora bajo.

- Vale, no tardes. - me meto en el baño, me lavo la cara y me pinto los ojos, sólo la raya y un poco de rimmel. Me peino y bajo las escaleras, le veo sentado en el sillón, hablando y riendo con mi madre, sonrío. 

- Ya estoy. - digo abrazándole por la espalda y dándole un beso en la mejilla, noto que está sonriendo, ya que sus mejillas se "hinchan". Mi madre se ríe y se va.  Él se pone de pie y me da un beso en los labios. 

- He tenido que venir a por ti, me había preocupado. Habíamos quedado a las 5. 

- Lo siento, en serio. No tenía pensado quedarme dormida.

- No pasa nada, venga. ¿Nos vamos? 

- Si, vamos. - le doy la mano y antes de cerrar la puerta de la calle grito. - ¡Mamá, me voy!- obteniendo un "vale, no vuelvas tarde" de su parte. Cierro la puerta y paso mi brazo por la cadera de Justin, él se ríe.

- Que bajita que eres.

- Calla. - digo dándole un golpe. - Por cierto, ¿te ha mandado alguien del insituto una petición de amistad al facebook? 

- ____(tu nombre), porque tenga amigas en el facebook, no significa que te vaya a engañar, creía que confiabas en mi, además...- no le dejo acabar, le tapo la boca con la mano, riendo.

- No me refería a eso, idiota. Digo algún profesor.

- Ah, joder. - se ríe.- No, ¿por?

- No sé, por saber.

- ¿A ti? - dice cuando ya llegamos con los chicos, intento evitar la pregunta, por si acaso.

- Hola chicos. - digo sonriendo, me separo de Justin y le doy un beso en la mejilla a las chicas. Los chicos pasan un rato jugando al baloncesto, nosotras haciéndonos fotos.

- Chicas, os tengo que contar una cosa, porque me estoy volviendo loca. - las digo. Ellas me miran atentas. - Bueno, a ver, antes, en clase me ha sacado Justin y...- las cuento la historia, Claudia me mira sorprendida y Keila normal.

-  Que miedo, ¿se lo has dicho a Justin? - Dice Claudia.

- No...

- Tía, yo creo que quiere hacerse el "enrollado", no te preocupes. - dice en cambio la otra.- pero díselo a Justin, por si acaso.

- No, no se lo voy a decir. Seguro que le dice algo, y paso. Además, que tampoco quiero que lo sepa, ni es necesario que se entere.

- ¿De qué no es necesario que me entere? - dice su voz en mi espalda. Mierda. Me doy la vuelta, pero estando sentada en el cesped, y miro hacia arriba, a su cara. Sonrío.

- De nada, no hablaba de ti. - digo sonriendo. Él se ríe.

- Que mentirosa.- Se agacha, me agarra de la cintura y me sube a su hombro, corriendo por las canchas conmigo encima, gritando y pataleando.

- ¡JUSTIN! ¡PARA! - él se sigue riendo.

- Si me sigues dando patadas, no puedo.

- Pues eso es lo que quiero, que me bajes. - a lo tonto, a lo tonto, Justin tropieza, haciendo que caigamos en el cesped, primero él, y yo encima, riendonos los dos. - Lo sabía, eres idiota. 

- Yo también te quiero, amor. - me coloco bien y le doy un beso mojado en el cuello. - te recuerdo que estamos en un sitio público, pervertida.

- ¡Cochino! Pues ya no te doy más besos. 

- No aguantas.

- Tú menos.

- Ya. - dice robándome un beso. - ¿Me lo vas a contar? - yo suspiro.

- Justin, es que no es nada mío. Es una cosa de una compañera, no lo puedo decir. - digo mintiendo, sin mirarle a los ojos.

- Ya, no es nada tuyo. - dice separandose y poniendose de pie. Yo le imito.

- Justin... No te enfades, por favor.- digo abrazandole. Pasa un rato, él no hace nada, hasta que le oigo suspirar y me rodea con sus brazos, devolviendome el abrazo.

 - No me enfado. Es imposible enfadarme contigo. - yo levanto la cabeza, le sonrío y le beso suave en los labios.

- Gracias. - susurro.


domingo, 21 de octubre de 2012

One love. Capítulo diecinueve.

                             Narras tú.  

Ahora mismo estamos en el sillón, yo en su regazo y él rodeándome con sus brazos, entre besos y abrazos, reímos. Mientras que en la tele dan una película. La típica película americana que dan a la madrugada, ya que sólo la ven 4 gatos. 

 - Eres preciosa. - dice Justin sonriendo a milímetros de mis labios, haciendo que me sonroje.

- Y tú un mentiroso. - digo rozándo mi nariz con la suya.

- Sabes de sobra lo eres, además, al único al que le tienes que parecer preciosa es a mi. - dice, haciendo que yo levante una ceja.

- Pues mi abuela siempre me dice que soy preciosa. - él se ríe.

- Me refiero a chicos.

- Mi abue...- me corta antes de que acabe.

- Chicos jóvenes solteros. - yo me río exageradamente, y él me mira sonriendo. Cuando ya me calmo, me acerca a él y me da un beso en la mejilla.- te he echado mucho de menos. - yo suspiro.

- Y yo a ti, idiota. - le doy un beso en el cuello. Él me agarra de la cintura y me coloca a horcajadas encima de él. Pongo mis manos en su cuello y le muerdo el labio inferior. Lo suelto, lo vuelvo a morder.  Él sube y baja sus manos por mi espalda. El beso va a más, él me aprieta contra su cadera, intentando juntarnos más, como si eso fuera posible. Suspira, y le doy besos en el cuello. 

- Sabes como puede acabar esto ¿no? - dice susurrando en mi oído.

- Lo sé prefectamente. - digo jugando con el botón de su pantalón. Suena mi móvil, Justin echa la cabeza hacia atrás y yo suspiro.

- Siempre, pero siempre nos interrumpen.

- Ya lo sé, son muy oportunos. -digo riendo. Cojo el teléfono, que estaba en la mesa de la entrada. "Mamá llamando." Miro la hora, mierda, son las 4 casi. Mierda.

- ¿Si?

- ¿Se puede saber en dónde estás? 

- Eh...-miro a Justin con cara de preocupación, él me mira sonriendo. Suspiro. - estoy en casa de Justin.

- ¿¡Se puede saber qué haces ahí!? ¿Estáis solos? - dice hitérica.

- Mamá, nos aburríamos en la fiesta y era pronto, así que vinimos a su casa. Y no, está su madre con nosotros. - mentí mientras Justin se reía.

- ¿Y a qué hora tienes pensado venir, guapa? - se la notaba enfadada.

- Ahora mismo voy, mamá. - Justin se levanta de golpe y me hace señas, que las entiendo al instante. Sonrío.- Oye, me ha dicho la madre de Justin, que si me quiero quedar a dormir, ¿me dejas? - Silencio.- ¿Mamá?

- A las 11 de la mañana te quiero aquí. 

- ¿Eso es un si? 

- Si, y cuidado con lo que haces, estoy confiando en ti.

- Si, tranquila. Muchas gracias, eres la mejor, te quiero. Adiós.

- Ya, ya. Hasta mañana. - Cuelgo el teléfono y lo dejo en donde estaba antes. Justin me mira sonriendo, y yo me lanzo a sus brazos, enganchando mis piernas en su cintura. Él me besa y me mordisquea el labio inferior.

- Estoy reventada. - digo apoyando mi cabeza en su hombro.

- ¿Quieres que nos vayamos a dormir? - dice dándome un beso en la cabeza.

- Como quieras. - digo yo, cerrando los ojos.

- Vamos anda. - él me lleva cogida, pero en las escaleras, levanto mi cabeza.

- Bájame. - digo mirándole.

- ¿Qué pasa? - dice preocupado.

- Nada, bájame. - él me mira a los ojos.- Es que... no quiero hacerte daño.

- ¿Daño?

- Si, peso bastante. Seguro que te haces daño en la espalda. - digo seria. Un segundo, dos, tres. Y se empieza a reir, fuertemente. Yo le miro seria, pero él sigue a lo suyo, meándose de la risa.

- Eres...eres...- se sigue riendo. - ¿en serio? 

- Totalmente en serio. - digo levantando una ceja.

- Si hasta mi mochila pesa más que tú. Anda, calla. - me agarra del culo y sube las escaleras. Abre la puerta de su habitación, y me suelta lentamente en la cama, pero yo no me separo de él. - Me tengo que poner el pijama, te traigo otro para ti. - dice. Yo, que tengo las manos en su cuello, le acerco a mi, y le beso.

- Te quiero. - susurro en sus labios.

- Te quiero más. - dice él separándose. Sale por la puerta y vuelve al cabo de 5 minutos sólo con un pantalón de baloncesto, sin camiseta. Me lanza una camiseta suya, huele a él. Le miro seria. - ¿Pasa algo?

- Si, date la vuelta, me tengo que cambiar. - sube una ceja. - Va en serio.- él se rie y se da la vuelta. Me quito el vestido rápidamente y me pongo la camiseta. Una vez que ya he pasado la cabeza por el cuello de la camiseta, veo que me está mirando. - ¡Cochino!¡ Te he dicho que no te dieras la vuelta! - digo riendo.

- Era inevitable, princesa. - me rodea por la cintura y me besa.- Eres demasiado perfecta. - Sonrío sobre sus labios. Nos separamos y abrimos la cama, él se mete y después yo, colocando las mantas. Me rodea por los hombros y yo paso mis manos por su espalda. Me mira, y a pesar de estar la luz apagada, veo sus ojos. Roza su nariz con la mia. - Buenas noches, cielo. 

- Buenas noches, mi amor. 

- Te quiero. 

- Que ñoño estás hoy ¿no? - digo riendo. Él se separa y se da la vuelta, dándome la espalda. Yo me levanto y me asomo por esta. - ¿Te has enfadado? - él asiente con la cabeza, haciendo pucheros como un niño pequeño. Yo me río. - Que tonto que eres. - le doy la vuelta, haciendo que quede boca arriba y apoyo mi cara en su pecho, dándole besitos. - No te enfades, rey.

- Es imposible enfadarme contigo. - me coge la barbilla y me besa.- Buenas noches. 

- Te quiero más.



 




jueves, 11 de octubre de 2012

One love. Capítulo dieciocho.


                             Narras tú.   
- Pensaba que no ibas a venir. - dice, ya serios los dos.

- Pues aquí estoy.

- Ya te veo. -  dice sonriendome.- ¿y por qué has venido?

- Si quieres me voy ¡eh! - digo bromeando, él niega con la cabeza.- Pues no sé, me aburría en casa.- "mentira, he venido por ti" pienso.

- Ah, bueno pues...

- ¿y tú? ¿por qué has venido? - digo sin dejarle terminar. Él me mira y traga saliva.

 -Pues, porque hacía mucho que no iba a una fiesta y bueno, ¿por qué no? - yo le miro, intentando no parecer decepcionada.

- Ah.

- Y bueno...- él mira hacia la gente.- Ryan me había dicho que ibas a venir, y tenía ganas de verte. -dice girando su cabeza, mirandome a mi, sonriendo. Yo suspiro y se me escapa una pequeña sonrisa.

- Pues aquí me tienes.- digo sonriendole. Silencio. Otra vez ese típico silencio en el que nadie sabe qué decir.

- Bueno...- decimos los dos a la vez, cosa que hace que riamos.

- _____ (tu nombre), al final has venido. Te dije que me llamaras si lo hacías.- oímos una voz detrás nuestra, nos damos los dos la espada y ahí está Sean.

- Ah, si... pero es que ha sido una idea de última hora y tampoco quería molestar, ya sabes.

- Si ya sabes que a mi no me molestas nunca. - dice pasando su brazo por mis hombros, y estrujándome contra él. Noto como Justin se tensa, pasa su mano por la barbilla mientras mira a otro lado.- Bueno, ¿qué hacías? - dice abrazándome más, haciendo que esté incómoda, como Justin.

- Estaba hablando con Justin. - digo intentando separarme de él. 

- Ah, con Justin...¿después de lo que te ha hecho? - al oir estas palabras, Justin gira bruscamente su cara hacia Sean, y le mira con odio. Yo estoy muy incómoda.

- Lo que me haya hecho o no, no es tu problema. - digo intentando quitar su brazo, pero él se resiste.

- Sólo lo hago, porque no confío en él, y se que va a volver a hacerte daño. - Justin se está resistiendo por no partirle la cara, lo noto. Tiene sus labios apretados. Yo suspiro.

- Quita.- digo ya seria, intentando quitar su brazo de encima mía.

- ¿Qué pasa?

- Que me molestas, quita el brazo, por favor. - digo ya harta.

- No entiendo por qué.- dice abrazándome más fuerte. Justin no aguanta más, y explota. Le da un manotazo en su brazo, haciendo que caiga de mis brazos.

- ¡Te ha dicho que la dejes en paz! ¡Pesado! ¡Qué eres un puto pesado! - dice Justin

- Uh, el apostador compulsivo se enfada. - dice Sean encarándose a Justin. Esto va a acabar mal, lo sé. 

- Te recuerdo que no fui el único que apostó. - dice Justin, rojo de la rabia, apretando los puños.

- Ya, pero fuistes el único que jodió todo. - nada más decir eso, Justin levanta su puño y lo estampa con la cara de Sean. Este, sorprendido, le devuelve el golpe, iniciando así, una pelea. La gente se va acercando y les anima a seguir peleándose. Yo lloro y grito, diciéndoles que parasen.

- ¡Justin! ¡Sean! ¡Parad ya, por favor! - grito, pero nada. No se me oye. Veo que alguien está agarrando a Justin, y ese alguien es Ryan. Otro amigo de Sean, agarra a este. Pero los dos siguen insultandose y diciendo que les soltasen.

- ¡QUÉ ME DEJÉIS, QUE LE VOY A PARTIR LA BOCA AL GILIPOLLAS ESE! - Oigo la voz de Justin. 

- ¿¡QUÉ ME VAS A HACER, EH!? ¡BARBIE RUBIA DE MIERDA! - reconozco esta ves a Sean. Siguen insultandose mutuamente, hasta que reacciono. Están a pocos metros entre ellos, así que yo me pongo en medio, dándole la espalda a Sean y poniendo mis manos en el pecho de Justin. Ambos están sangrando, si no es la ceja, es el labio, y si no es el labio, es la nariz.

- Por favor, dejadlo ya.- él me mira, serio. Respira exagerado unas cuantas veces para calmarse. Sean sigue insultando. Justin cierra los ojos, yo le digo a Ryan que lo suelte y lo cojo de la mano, sacándole de esa casa. Le arrastro de la mano, hasta que llegamos a un parque en el que no hay nadie, lógico, son las 11:55 de la noche. Él se sienta en un banco, pero sin soltarme la mano, yo estoy frente a él, de pie, mirándole. - estás fatal, tienes la cara...fatal.

- Vaya, gracias. -dice él intentando reir.  Él mira nuestras manos entrelazadas y luego me mira a mi, yo me sonrojo y bajo la mirada.

- No me refiero a eso, ya lo sabes. - digo sentándome a su lado.- ¿te encuentras bien? - digo mirándole preocupada, él suspira.

- Si, tranquila.

- Tendrías que curarte esas heridas. - digo pasando mi mano por su ceja.

- Luego me las curo en casa...

- Se te van a infectar.

- Ya, pero tengo que esperar a que llegue mi madre, yo no sé curármelas, y está en casa de una amiga de Ottawa. 

- Puedo curartelas yo, si quieres.- él me mira y sonríe como puede.

- Si no te importa...

- Claro que no, venga, vamos. - nos levantamos del banco y caminamos hasta su casa, en silencio. Esta vez sin ir agarrados de la mano. Su casa queda cerca, así que no tardamos ni 5 minutos en llegar. Él mete la llave en la cerradura y abre la puerta, dejándome pasar a mi primero. Entro y enciendo la luz.

- Ve a mi habitación si quieres, ahora llevo el botiquín.- dice yendo a otra sala. Yo susurro un "vale", subo las escaleras y entro en su cuarto. Me siento en su cama y empiezo a mirarlo todo, me doy cuenta de que tiene un corcho con algunas fotos y frases colgadas. Me levanto para verlas. Había fotos de él con Ryan riéndose, con Chaz, con su equipo de fútbol, él de pequeño con su abuelo...y encima del todo, hay fotos en las que salgo yo, con él. Fotos como estas, http://24.media.tumblr.com/tumblr_lzet31WmAl1qcpguio1_500.jpg , http://25.media.tumblr.com/tumblr_mbi4gdtj261r51by8o1_500.jpg , http://25.media.tumblr.com/tumblr_m2dodx9R2c1ro7jdfo1_250.jpg  y esta http://25.media.tumblr.com/tumblr_m3obglsMMr1r3x8tjo1_500.jpg y debajo una frase. "Lo mejor que me ha pasado". Sonrío mientras paso la yema de mis dedos por las fotos.

- Esto es todo, creo.- oigo su voz, entrando en la habitación. Yo me doy la vuelta y le miro sonriendo, él sube su mirada y me mira como "¿qué la pasa a esta?". - ¿Pasa algo? 

- No, no, no pasa nada. - digo acercándome a él sonriendo.- Bueno, sientate, que te curo.

Él me hace caso y se sienta en la cama, yo me pongo de rodillas en el suelo, él abre sus piernas y yo me meto "dentro" de estas, para poder estar más cerca y curarle. Mojo agua oxigenada en un trozo de algodón y lo acerco poco a poco a su ceja. Él se va alejando.

- ¡Justin! Si te quitas, no te puedo curar. -digo riendo, haciendo que él se contagie.

- Vale, vale, lo siento, ya paro.- aprovecho que está distraido y pego rapidamente el trozo de algodón en su ceja. Él cierra los ojos y gruñe.- Eso, no, vale. - dice lentamente. Yo río otra vez. Después de un rato, termino de curarle, dejo todo en una silla que hay cerca, pero sin cambiar de posición. Él me mira y yo le miro a él. Apoyo mis brazos en sus piernas y sonrío.

- Gracias. - dice Justin colocando un mechón de pelo detrás de mi oreja. Yo miro hacia abajo.

- Es una tontería. - digo yo.

- Para mi no. - noto la mano de Justin en mi barbilla, que la sube, haciendo que nuestras miradas se encuentren. Él suspira.- Lo siento mucho. Siento todo esto que ha pasado.

- Justin, dejalo.- digo yo desviando la mirada, pero él vuelve a hacer que le mire.

- No, no lo puedo dejar. No sé en qué estaba pensando cuando aposté eso ¿vale? joder, he cambiado, y lo sabes. En ese momento ni si quiera estábamos juntos. Pero aún así, me moría por ti. Eres la única chica que me ha demostrado que yo también puedo sentir, que no soy de piedra. No soy como las típicas personas sin sentimientos, que no le importan nada, esa era mi imagen, pero tú, tú _____(tu nombre), has hecho que cambie completamente. - iba a hablar pero él me interrumpe. - Si pudiera cambiar lo que hice, créeme que lo haría. Es más, si se pudiera hacer eso, te habría ido a buscar a Los Ángeles sólo para conocerte. Joder, Sean lo tenía todo planeado, él sabía que tú me gustabas muchísimo, y que por mi puto orgullo no me "ablandaría", por así decirlo. Pero ahora me ablando, me ablando todas las veces que hagan falta, sólo si es por ti. Es que...Dios, estas dos semanas han sido las peores de mi vida, nunca había llorado por una chica, en cambio, todas las noches lloraba por ti. Nunca me había pasado horas y horas pensando en lo inútil que soy por joderlo todo. Nunca había tenido que estar Ryan animandome tanto porque no quería ni salir de casa por si te veía con Sean. Joder, que no sé si a ti te pasará lo mismo, o no, o ya me has olvidado o nunca me has querido, o si me sigues queriendo...no sé. Pero sé que estoy enamorado de ti. Que tú eres esa persona que necesitaba mi vida para dar un giro de la hostia, y tú lo has conseguido. Y bueno, no sé que más decirte. Cuando estábamos en la fiesta y oigo tu voz con ese "Te he dicho mil veces que fumar es malo" - dice poniendo voz de pito.- fue como si todo mi cuerpo reaccionara, como si todos los problemas se fueran, como si no hubiera pasado nada. Joder, te necesito. Te necesito demasiado. - dice agachando la cabeza y colocándola entre sus manos.

- Justin, yo te necesito más que a nada. - digo agarrando su cara con mis manos y acercándo mi cara a la suya. Una vez que nuestros labios se rozan, le digo una frase que había visto hace pocos minutos, y que me había llenado.- eres lo mejor que me ha pasado.- y él termina cortando la distancia, besandome. En un beso en el que ambos demostramos lo mucho que nos necesitábamos.